El abanico no sólo sirvió para mover el aire y refrescar a las personas, se utilizó también para ahuyentar insectos, avivar el fuego y por supuesto, para lucirlo como señal de coquetería.
Desde Europa pasó a América y se fue modificando. Los abanicos más antiguos eran rígidos de forma semicircular.
El abanico se presentó a la sociedad de muchas maneras, según las ocasiones en las que se usara. Estuvo presente en bodas, se utilizó para transmitir sentimientos, como signo de coquetería con sedas y puntillas.
Podían tener dibujos de artistas de época y algunos se movían y despedían aromas.
Pueden verse colecciones de abanicos en muchos museos.
El lenguaje del abanico
Una curiosa manera de comunicarse entre los enamorados surgió en el siglo XVII.
Cada una de las posiciones y gestos hechos por la dama con el abanico, tenía un significado:
a) Golpear la palma de la mano con el abanico cerrado quería decir “quereme”
b) Cerrar el abanico de repente y de modo contundente era una señal de celos.
c) Cubrir parte del rostro con el abanico significaba “nos vigilan”
d) Pasar el abanico de una mano a la otra indicaba al galán que su enamorada sabía que estaba mirando a otra dama.
e) Agitar el abanico rápidamente era una buena señal, la dama quería decir “te quiero mucho”, etc.
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